La de veces que habré ido en mi vida y siempre hay algo nuevo para ver.
Después de mucho tiempo queriendo ir, por fin este verano tuve la suerte de poder subir al funicular de bulnes, a lo alto del pueblo perdido que hay entre las montañas y ver ese pico de cerca. Curiosamente tuve que ilustrar ese mismo sitio dos meses antes de ir.
Casualidades bonitas de la vida

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